Intérprete
Descripción del trabajo del intérprete
El intérprete trabaja oralmente de un idioma a otro, mientras que el traductor trabaja con textos escritos. El intérprete trabaja con el idioma hablado.
El trabajo del intérprete es necesario en todos aquellos casos en que el orador (el hablante) y el oyente (el público destinatario) utilizan idiomas diferentes: para que se entiendan entre sí, se necesita a alguien que conozca ambos idiomas a un nivel lo suficientemente profundo como para traducir y reproducir el discurso de un idioma al otro.
El intérprete escucha el idioma de origen, comprende cada palabra y la estructura sintáctica del discurso, interpreta su significado y lo traduce a un discurso equivalente en el idioma de destino, respetando no sólo su significado literal, sino también los matices que le da la entonación. Debe tener un conocimiento muy profundo de ambos idiomas, estar al día en los modismos, el vocabulario técnico y los términos característicos de un determinado campo. Por ello, los intérpretes suelen estar especializados en dos o tres idiomas y en algunas áreas específicas, como la moda, la medicina, la electrónica, el derecho o la justicia.
De esta manera pueden tener conocimientos lingüísticos más profundos y un repertorio léxico más completo y especializado.
¿Qué hace un intérprete?
La forma más típica de trabajo es la interpretación de conferencias, que permite transmitir un mensaje de un idioma a otro de forma fluida y natural en conferencias, eventos y espectáculos.
Puede ser de tres tipos: simultáneo, consecutivo y susurrado.
La interpretación simultánea suele tener lugar en la cabina, aislada acústicamente: el intérprete trabaja con auriculares y micrófono, escuchando las palabras del orador y traduciéndolas para el público. La característica de esta forma de interpretación es que el orador no interrumpe su discurso, por lo que la voz del intérprete persigue y se superpone a la del orador. Es una forma muy compleja de traducción, porque implica acciones que son difíciles de realizar simultáneamente: el intérprete debe ser capaz de escuchar al interlocutor, traducir y hablar al mismo tiempo, manteniendo siempre un alto nivel de concentración para no perder nada de lo que se dice.
De hecho, no tiene forma de recuperar las partes del discurso que no pudo oír en ese momento.
La interpretación consecutiva prevé en cambio que el orador y el intérprete alternen la palabra: ambos se encuentran ante el público y el orador se detiene para permitir que el intérprete traduzca las frases que acaba de pronunciar. En el caso de unas pocas frases a la vez, el intérprete puede trabajar sin más apoyo que su propia memoria. Si, por el contrario, el interlocutor hace intervenciones más largas, el intérprete toma notas (prise de note) para reconstruir el discurso en su totalidad.
Cuando trabaja en público, el intérprete está sujeto a grandes fuentes de distracción: el público mismo es el mayor escollo para este tipo de traducción.
La interpretación susurrada (chuchotage): el término proviene del término francés chuchoter, susurrar. Se puede considerar una variante de la interpretación simultánea, porque el intérprete debe ser capaz de entender y traducir simultáneamente. La diferencia está en el modo: en este caso el intérprete está sentado al lado del oyente, y le susurra la traducción, sin ninguna tecnología.
Aquí también el público, y el propio oyente, pueden ser fuentes de distracción que el intérprete debe tener en cuenta.
También hay otros tipos de interpretación.
Recordemos, por ejemplo:
- El intérprete de trading interpreter, que acompaña a las empresas en el contexto de las negociaciones comerciales, reuniones y contactos de negocios
- El intérprete judicial, solicitado en el tribunal para juicios, declaraciones, testimonios (interpretación legal)
- El intérprete comunitario, que rompe las barreras lingüísticas que surgen en la vida comunitaria cuando hay minorías: trabaja, por ejemplo, en apoyo de los servicios educativos y sociales (el trabajo del intérprete en este caso tiene puntos de contacto con el del mediador lingüístico y cultural).
Por último, un tipo particular de interpretación es el lenguaje de signos: una persona oyente traduce un discurso al lenguaje de signos para un público sordo y viceversa.
A diferencia del intérprete del habla, el intérprete de lengua de signos debe trabajar en una posición claramente visible para que su traducción sea efectiva y útil.
¿Cuáles son las oportunidades de trabajo? Los intérpretes pueden ofrecer apoyo lingüístico en empresas, organizaciones, conferencias, agencias de traducción e interpretación. Las ofertas de trabajo para intérpretes también provienen de instituciones gubernamentales y organismos internacionales.
Por lo general, el intérprete es un colaborador independiente, que realiza su trabajo de forma autónoma y define sus propias tarifas y condiciones, pero también son posibles otras formas de clasificación.
Misiones y tareas del intérprete
Las responsabilidades y tareas de un intérprete son:
- Entender inmediatamente y con precisión otro idioma que no sea su lengua materna.
- Interpretar palabras, construcciones, implicaciones y matices de tono
- Hacer que lo que fue dicho por el hablante en el idioma de destino sea equivalente en contenido y significado
- Ser capaz de traducir también vocabulario técnico y específico, modismos y expresiones de la jerga
¿Cómo convertirse en un intérprete? Formación y requisitos profesionales
Existen escuelas de intérpretes y traductores y cursos universitarios abiertos a quienes deseen convertirse en intérpretes: las habilidades necesarias para ejercer esta profesión son complejas y numerosas.
En primer lugar, es esencial el conocimiento de al menos otro idioma además de la lengua materna. Esto requiere estudios lingüísticos de alto nivel, que incluyen lexicografía, lexicología, terminología, gramática, estructuras sintácticas, morfología, fonética, semántica, retórica, arte oratorio.
Además de todo esto, y de una sólida cultura general, es necesario conocer los repertorios de apoyo: léxicos, repertorios terminológicos, glosarios, que son diferentes según el sector en el que se trabaje (un intérprete que trabaje en turismo debe conocer la terminología adecuada, al igual que un intérprete judicial debe conocer el léxico legislativo y jurídico utilizado en los tribunales).
La formación para convertirse en intérprete debe ir acompañada de una práctica continua y de una formación complementaria en el idioma. Son muy útiles los períodos de estancia en los países en que se utiliza el idioma de especialización como primer idioma: esto es fundamental para mantener actualizados los conocimientos de una materia, el idioma oral, extremadamente variable, que puede cambiar en poco tiempo. Entonación, significado, intención y estilo: nada de lo que diga un orador debe perderse en la transposición del intérprete.
No es una coincidencia que normalmente se obtengan los mejores resultados traduciendo de un idioma extranjero a su lengua materna.
Habilidades profesionales de un intérprete
Las habilidades que se requieren de un intérprete son:
- Conocimiento fluido del idioma extranjero que se va a interpretar
- Dominio perfecto de su lengua materna
- Sólida cultura general
- Excelente capacidad de concentración
- Habilidades de comunicación
- Conocimiento de las principales herramientas informáticas
- Resistencia al estrés
- Flexibilidad horaria
La carrera del intérprete y las oportunidades profesionales
La profesión de intérprete ofrece numerosas posibilidades de especialización: tanto en lo que se refiere a las combinaciones de idiomas que se pueden traducir, como en lo que se refiere a las áreas técnicas de especialización (turismo-hotel, atención sanitaria, industria, organismos e instituciones gubernamentales).
Una buena base lingüística y mucha motivación te ayudan a encontrar tus primeros trabajos como intérprete y a empezar a trabajar con agencias, instituciones o empresas. Estos primeros contratos son esenciales para adquirir experiencia como intérpretes simultáneos o consecutivos y aprender el oficio.
La preparación lingüística y técnica, la actualización y el constante desarrollo profesional permiten emerger en un mercado competitivo y encontrar siempre nuevos clientes a los que ofrecer sus servicios de interpretación.
Tampoco hay que olvidar que un intérprete puede ampliar sus conocimientos profesionales y hacer una carrera en la traducción escrita y la enseñanza de idiomas extranjeros.
Buenas razones para trabajar como intérprete
Las razones para elegir la carrera de intérprete suelen estar relacionadas con la pasión por los idiomas que se practican.
Ser intérprete permite experimentar de primera mano la conexión entre dos idiomas y dos culturas diferentes, y contribuir a la comunicación entre empresas y clientes, profesionales y usuarios, entre representantes de instituciones y gobiernos, incluidos los de alto nivel.
En general, la interpretación es un trabajo muy dinámico y estimulante, a menudo se tiene la oportunidad de viajar y aprender cada día: este es el lado más desafiante pero también el que da más satisfacción en este trabajo.
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